Zaratán
Libro de las Fundaciones de Santa Teresa
Dice la mística:
«En estos ejercicios pasó cerca de cuatro años, que comenzó el Señor a que le sirviese en otros mayores, dándole grandísimas enfermedades y muy penosas, ansí de estar con calentura contina y con hidropesía y mal de corazón, un zaratán que le sacaron; en fin, duraron estas enfermedades casi diecisiete años, que pocos días estaba buena[…]»
Zaratán, palabra de origen árabe. Pensé que fuera un hápax, pero es palabra antigua recogida por la RAE y por Covarrubias. Muy usada en el castellano medieval y en el siglo de oro en el ámbito de la medicina. Heredera esta palabra de los tratados hispano musulmanes donde se trataba el cancro o zaratán, haciendo referencia exclusivamente al cáncer de mama.
En español existen tres términos distintos para referirse a esta enfermedad: cáncer, cancro y zaratán (7).
Las dos primeras proceden del latín. Ambas palabras eran utilizadas para referirse, de modo genérico, a una «enfermedad que avanza desde la bilis negra efervescente, devastando no sólo otras partes del cuerpo sino también las mamas de las mujeres (...). Se llama cáncer, bien porque se desliza poco a poco, como el cangrejo, bien porque tiene hinchadas las venas que hay a su alrededor, a la manera de las pinzas del cangrejo, bien porque se aferra fuertemente como suele hacerlo el cangrejo si ha agarrado algo con las pinzas» (8).
En cuanto al tercer término, zaratán —escrito también çaratán en algunos textos medievales—, deriva directamente de la palabra árabe saraetan† , con el mismo sentido genérico de tumor maligno (9). Sin embargo, algunos autores han limitado el sentido de zaratán para designar exclusivamente el cáncer de mama (10).
Los dos primeros son sinónimos (4) IBN SIIN…A. Kit†ab al-Q†an†un fÌ l-etibb, 4 vols. [ed. Idw†ar al-Qašš], Beirut, c Izz al-Din li-l-„tib†ac a wa-l-našr, 1408/1987. (5) Además de los textos que van a ser analizados en este artículo, véase, SAN AGUSTIN, F. La chirurgie dans le Canon de la médecine (Al-Q†an†un fÌ-et-Tibb „ ) d’Avicenne (Ibn Sin†a). Arabica, 1986, 33 (1), 84-122. (6) Como es de suponer, voy a prescindir de los términos que se emplean en la actualidad para designar los distintos tipos de cáncer: adenoma, melanoma, leucemia, linfoma, sarcoma, etc., para centrarme en los que empleaban los autores que hemos señalado y la equivalencia de estos nombres en nuestro idioma. (7) Véase REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. Diccionario de autoridades. Ed. facsímil, 3 vols. Madrid, Ed. Gredos, 1984, vol. 1, p. 108 b, cancer; I, p. 110 a, cancro; III, p. 562 b, zaratan) y REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. Diccionario de la Lengua Española.
Se proponían los siguientes remedios para el saratán:
Luego, cuando haya acabado la acción del medicamento, se debe dar de beber al enfermo agua caliente y provocarle el vómito varias veces. Después del vómito, unas dos horas, se le da de beber jarabe de manzana, nenúfar con zaragatona, y semilla de arrayán de buena calidad con agua de rosas y agua de sauce. Una vez que haya pasado el jarabe del estómago, se le da de comer gallina sin grasa y poco condimentada; y, luego, se le introduce en el baño, dos veces al día, pues es muy importante la humedad para su salud. Las carnes serán, por ejemplo, carne de cabrito y cordero lechal y joven, de cabra, de carnero, de pollo, de pato y de oca gorda; y entre las frutas: granada dulce, albaricoque dulce, y uva e higo maduros[…]
Su receta: hueso de semilla de cohombro, hueso de semilla de pepino y hueso de semilla de calabaza, de cada uno 3 adarmes; semilla de amapola blanca, 4 adarmes; semilla de haba menor, 5 adarmes; y acemite de cebada, 10 adarmes. Se cuece la cebada hasta que esté blanda, luego, se le añaden las semillas mencionadas, se sigue cociendo hasta que esté bien cocido, se cuela sobre 20 adarmes de azúcar blanca y se emplea.
[…]
fortalecer el corazón con los jarabes reconfortantes, por ejemplo, el jarabe de acedera y manzana con agua de lengua de buey, agua de rosas, agua de sauce y agua de nenúfar; se le da un poco del [jarabe] reconfortante frío, según lo que mencionamos, y se continúa empleando el jarabe blanco, de consistencia suave y aroma agradable, seguido de la ingestión de los alimentos mencionados, y que sea abundante la mezcla humoral.
[…]
Dice al-Zahrawi: “Entre lo que es útil para los tumores malignos, los quistes que están en el ano y los tumores que están en los testículos y en las mamas está lo siguiente: se deposita y se machaca en un mortero de plomo con su pistilo arcilla de Armenia con vinagre, o con miel, o con suero de leche, o con aceite de rosas, o con aceite onfacino —es decir, aquél que se prepara con las aceitunas verdes antes de que estén negras— y se untan los tumores con eso”
Recogido en “La cirugía árabe y el cáncer”.
Eloísa Llavero Cruz
Y me dice hoy el escritor Ferrer Lerín que él había escrito una entrada hace ya años sobre esa misma palabra que espoleó todo este escrito.
Esta es:
VIERNES, 27 DE MAYO DE 2011
Zaratán
Cuenta Martín de Riquer en el prólogo a Libro de amigo y amado que el beato Raimundo Lulio en edad juvenil y libertina entró de modo exaltado en una iglesia asediando a una doncella y esta para enfriar sus lúbricas intenciones desnudó uno de sus senos corroído por el cáncer.
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