W.H. Auden
Soneto XIV
Sí, destinados a sufrir ahora, el cielo
palpita como la frente enferma, este dolor real.
Las luces a tientas de repente revelan
las pequeñas cosas que nos harán llorar,
los que nunca creyeron que podrían existir
en donde nosotros no estábamos. Nos cogieron por sorpresa
como nefandos recuerdos olvidados hace tiempo,
como una conciencia a prueba de balas.
Detrás de cada simpático ojo casero,
tienen lugar holocaustos privados:
todas las mujeres, los judíos, los pudientes, la raza humana.
Los montes no nos juzgarán en la mentira,
habitamos sobre la tierra, mientras ella obedece
al malvado y al inteligente hasta que mueren.
Traducción : Joaquín Fabrellas
VERSIÓN ORIGINAL
XIV
Yes, we are going to suffer, now; the sky
Throbs like a feverish forehead; pain is real;
The groping searchlights suddenly reveal
The little natures that will make us cry,
Who never quite believed they could exist,
Not where we were. They take us by surprise
Like ugly long-forgotten memories,
And like a conscience all the guns resist.
Behind each sociable home-loving eye
The private massacres are taking place;
All Women, Jews, the Rich, the Human Race.
The mountains cannot judge us when we lie:
We dwell upon the earth; the earth obeys
The intelligent and evil till they die.
Soneto de tipo italiano con estructura de dos cuartetos y dos tercetos ABBA CDDC EFF FEF. No responde a la métrica dispuesta por Henry Howard, conde de Surrey, (1517-1547) que introdujo tres serventesios y un dístico o pareado como adaptación al inglés.
Henry Howard, junto a Thomas Wyatt fueron los introductores, en la lírica inglesa, de la influencia italiana en la literatura isabelina, "los padres del soneto inglés", por medio de la lírica francesa, donde Howard residió algunos años, al servicio del monarca francés Francisco I.
El poema sí tiene una marcada tendencia al ritmo clásico yámbico, que Auden conoció de primera mano, gracias a la lectura de los maestros griegos y latinos. Este ritmo yámbico puede verse, especialmente hacia el final, donde el ritmo producido por dicho patrón, parece acelerar la dicción de los versos, así como la resolución final del soneto. Un crescendo argumental que acaba bruscamente, propio de la zozobra sentimental que nos quiere hacer sentir aquí.
En esta traducción no he mantenido ni la rima consonante del original, ni el ritmo planteado por el poeta, ya que, de haberlo hecho, se hubiese perdido el mensaje original de Auden, tergiversando de manera innecesaria, la intención principal del poema.
Sí se adivinan ciertas licencias métricas, como el uso de la sinalefa tan desafectas a la lírica inglesa, ya que su patrón silábico, no es el endecasílabo, como en español, sino que el soneto inglés se apoya en el decasílabo, un verso más corto, (en especial cuando se trata de desarrollar un pensamiento o un sentimiento). La naturaleza de los sonidos y las palabras inglesas, hace terminar el soneto, casi siempre el verso en voz aguda, (es raro encontrar voces llanas o esdrújulas en lengua inglesa, abundan además las palabra monosilábicas fonéticamente), lo cual, es considerado una fealdad al oído castellano, pero cada idioma hace sus justas adaptaciones al patrón italianizante del soneto.
Pueden verse los casos de la lírica alemana, mucho más directa la relación existente entre el patrón de escritura y sonido, la portuguesa, o una lengua tan alejada entre escritura y fonética, como la francesa.
The intelligent and evil till they die.
El uso de los acentos, por tanto, es también totalmente alterno a los de la lírica española, el inglés permite por esa naturaleza decasilábica de su soneto, colocar acentos en posiciones tan forzadas como la quinta sílaba o la séptima en castellano, censurado por la poética tradicional.
Behind each sociable home-loving eye
Acentuado este verso en quinta y séptima sílabas, algo perfectamente válido en la lírica inglesa.
En inglés se produce un desajuste entre la escritura y la pronunciación, es una lectura fonética la que produce el conteo de las sílabas del verso en inglés, y no una lectura basada en la cantidad silábica como ocurre en español, y todo ello, conduce a cambiar el plano conceptual del soneto inglés, tan poco dado a grandes especulaciones argumentales o a desarrollos metafóricos o conceptuales. Algo propio de la canción, de la música de la lengua inglesa al ser recitada o cantada, que por su brevedad e inconsistencia fónica, hacen su discurso mucho más rítmico que la lengua italiana o la española, donde abundan las palabras llanas, esdrújulas, y si cabe, la sobresdrújulas, gracias a los enclíticos aglutinantes de los pronombres átonos.
Toda esta naturaleza es tal vez debida a la influencia de Francia, que hasta bien entrado el siglo XVII, ejerció una enorme fuerza en todo el continente, dejando especialmente en la lengua inglesa ciertos rasgos de pronunciación que se siguen atendiendo actualmente. Casi el 42% de las palabras inglesas son de origen románico, debido a esta influencia francesa.
Quizá ese sea el motivo de la creación del soneto en alejandrinos en el Modernismo francés, debido a la inconsistencia fónica de ciertas palabras, y a la pérdida silábica en la lectura en francés, que hace que los versos deban ser más extensos para desarrollar el concepto y la idea, pero es solo especulación mía.
Quizá por la influencia en Auden de la lírica italiana, usa ese patrón del soneto dividido en dos cuartetos y dos tercetos, fue un gran lector de Petrarca, de Colli, de Ariosto, cuyos patrones rítmicos él muy bien conoció.
All Women, Jews, the Rich, the Human Race.
Acentuada en 2ª, 4ª, 6ª, y 8ª, 10ª algo impropio del decasílabo, pero de un marcado ritmo pentámetro yámbico shakesperiano.
Si analizásemos el verso por lo escrito, saldría un verso endecasílabo tradicional.
Auden por tanto mezcló el verso medieval inglés de Beowulf, hasta églogas de influencia latina, sonetos de múltiple influencia francesa e italiana; usó también el verso libre propio de la vanguardia donde se deja ver la influencia de T.S. Eliot, lo que hace de su obra, un conjunto central de influencias complejas que se extienden hasta nuestros días junto a autores tan importantes como Isherwood, el irlandés Seamus Heaney, Philip Larkin, Sylvia Plath, Ted Hugues o Elizabeth Bishop.
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